martes, 15 de febrero de 2011

RAÚL: EL 7 DE EUROPA


En verano se fue al Schalke, un equipo con poco nombre en el viejo continente y muchos lo relacionaron con un retiro de la alta competición. Raúl se enfundó el 7 azulón con las ganas de continuar con su carrera, porque demostrar, ya ha lo ha hecho desde los diecisiete años.

Y arrancó mal, se metieron en descenso, hubo palos para el conjunto y sobre todo, para Raúl. Pasaron las jornadas, el Schalke se asentó, se metió en mitad de la tabla, que en verdad es para lo que le da. En Copa está en semifinales y se enfrenta a otro rival clásico en su carrera: el Bayern. Pero hay una competición en la que tenía algo pendiente.

Es la Copa de Europa, o como ahora la denominan, Champions League. Raúl no se quería ir a EE.UU., tampoco, a Emiratos Árabes o algún sitio exótico a llevarse la pasta; tenía un objetivo por delante, que era estar al frente de una clasificación más. Bueno, quizás no es una más, es una acorde con su dimensión futbolística: ser máximo goleador de la mejor competición de clubs.

El sorteo de octavos dictaminó que el Valencia iba a ser el rival, es decir, Raúl volvía a España. Lugar en el que dejó seguidores y también detractores. En la rueda de prensa previa al partido, afirmó que le hubiera gustado no enfrentarse a un equipo español, pero que Mestalla siempre le gustó.

Durante el partido fue pitado, también aplaudido, como en el recibimiento en el aeropuerto, pero él estaba a lo suyo. El Schalke no tiene jugadores como para dominar un choque, y menos frente al equipo de Emery; tenía que aguantar y esperar a que llegara una oportunidad, y la tuvo.

     

Primero Huntelaar, que falló en el disparo, y en la segunda mitad la tuvo él. Jugada que parte de la banda, ve el desmarque hacia la frontal del área pequeña, le gana la posición a Navarro y la engancha con la zurda para hacer el 1-1. Sí, Raúl, siempre Raúl, 70 veces Raúl en Europa. Lo celebró con rabia, como cuando le marcó aquel magnifico tanto a Atlético en el Calderón yéndose se fue de López y se la coló a Molina.

Entonces surgió el cántico fácil, el de Villa Maravilla; al igual que lo hacían con Luís Aragonés en el Manzanares. Tan práctico como el recurso de aludir al Mundial y la Eurocopa, pero Raúl esta ahí, no necesita de la defensa de nadie. Eso sí, si este hombre hubiera nacido en otra capital europea sería considerado uno de los mejores del mundo.

Y se marchó en silencio, aplaudiendo a su gente y con la cabeza bien alta. Es el 7 de Europa y aún tiene camino por delante. Me gusta un comentario que leído tras el partido, de MisterChip en Twister: “Ser de Raúl no tiene nada que ver con ser de un equipo. Ser de Raúl significa ser del fútbol, ser de España, ser de los que nunca se rinden”.

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