martes, 1 de marzo de 2011

UN GOL QUE LE COSTÓ LA VIDA

Cuando el colombiano Andrés Escobar entró al estadio Rose Bowl de Los Ángeles, para disputar el segundo partido de su selección en el Mundial del 94, no podía imaginar que un error le costaría la vida diez días después. Colombia llegaba a la cita mundialista con un buen equipo, con estrellas como Valderrama, Freddy Rincón o el “Tren” Valencia, había muchas esperanzas en realizar una buena competición.

Pero el equipo quedó último de grupo y no pasó de la primera fase. Tras perder frente a Rumania, el partido contra Estados Unidos era clave. En el minuto 35, el balón partía desde la izquierda buscando a John Harkes, Escobar se tiró al suelo para interceptarlo, el cuero le golpeó en la pierna derecha y cogió dirección a puerta; el portero Córdoba ya estaba batido y supuso el 1-0 para los anfitriones norteamericanos.

El dorsal 2 de Colombia, no olvidó esa jugada durante el resto del partido. En la segunda parte, llegó el 2-0 y en el minuto 90, el definitivo 2-1 que dejaba a los colombianos fuera del Mundial. Escobar disputó el tercer encuentro contra Suiza, sería la última vez que el de Medellín jugara con la elástica amarilla.


Ya nadie recordaba sus coberturas, lo bien que trataba la pelota, el temple de zaguero, su disparo con la zurda o su gol de cabeza contra Inglaterra en Wembley. En la mente de muchos sólo estaba el gol en propia puerta.

De vuelta a su país, y estando de vacaciones en su ciudad natal, un aficionado le increpó por lo sucedido contra Estados Unidos; el defensa pidió respeto, pero Humberto Muñoz Castro sacó una pistola y le disparó en múltiples ocasiones. Andrés Escobar falleció antes de llegar al hospital, lugar hasta el que se desplazaron varios compañeros de selección, como René Higuita, para reconocer su cadáver.

A “El Caballero”, como apodaban a Escobar, le marcó un fallo en un partido de fútbol, un error le condenó a muerte. Nunca se pudo demostrar, pero detrás del asesinato situaban a las mafias de las apuestas deportivas. Humberto Muñoz fue condenado a 43 años de cárcel, de los que sólo cumplió once.

Más de 120.000 personas acudieron a su funeral, y su figura quedó como la de un héroe para la prensa de su país. Pocos años después de su muerte, se organizó la Copa Andrés Escobar del fútbol callejero y en el octavo aniversario, la ciudad de Medellín levantó un monumento en su memoria.

El fútbol fue el motivo de su vida, jugó en el Atlético Nacional, disputó 50 partidos con Colombia y marcó 21 goles; pero sin duda, se recuerda uno, el que le arrebató la vida.

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