La excusa al final de los Real Madrid – Atlético, o al revés, suele ser en los últimos once años la misma: el árbitro en contra de los rojiblancos. Es una tónica general, tan sabida como que los blancos se llevaran el partido. La primera entrada de este blog fue precisamente sobre el partido de liga y sí, el argumento también fue ese.
Ésta vez era eliminatoria de Copa del Rey. El Atleti salió con todo lo que tiene, es decir: el portero, un medio del campo que no juega y con tres hombres de ataque que son capaces de todo, eso es verdad. Y también con el último en llegar, que no es otro que Juanfran, que no ha entrenado con sus compañeros pero fue titular en el Bernabeu.
Debido a eso, a que es el nuevo, parecía que no tenía en el cuerpo metido el “miedo” o estado de inferioridad que parece que tienen los futbolistas del Manzanares cuando tienen delante a los de blanco. Los de Quique no tenían la pelota, es más, estaban metidos prácticamente en el área en la primera media hora.
A pesar de eso, en el minuto 7 se adelantó el Atlético. Marcó Diego Forlán al remachar una llegada del Kun (que recibió en fuera de juego). Después empató Sergio Ramos a la salida de un córner, y puso justicia en el marcador.
Se reclamaron muchas faltas, incluso penaltys por parte de ambos, pero Mateu Lahoz es de los de no pitar si no es claro y provocó protestas de ambos. Fueron los jugadores del Atlético los que más se quejaron, también sus aficionados; los cuales, bajo mi punto de vista, deberían estar más enfadados con los suyos, con que no juegan a nada, con que el Hércules les metió cuatro y que contra el Madrid, la defensa suele ser una verbena.
Si no es Perea regateándose a sí mismo, es un regalo de pelota y si no, como en este caso, un despeje de chiste, una caída con el balón entre las piernas y pasillo al rival para que cierre el 3-1.
En el Real Madrid me gustó mucho el bloque. En especial los que hacen el juego vertical: Özil, Di María, Cristiano y Xabi Alonso. También las ganas de Sergio Ramos siendo central, lo mismo que Carvalho; eso sí, Marcelo en cuanto le exigen, agua. Y lo de Benzema, ya está escrito.
P.D.: Un detalle, lo de jugar con el balón de la Champions puede ser hiriente si se coge desde cierto enfoque.
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