Era noche de derby en Madrid. Los dos equipos de la capital se enfrentaban en el Bernabeu, con el Real Madrid como favorito, como casi siempre, y con un Atletico con el objetivo de romper esa racha de no ganar a los blancos desde el año 1999.
Antes de que Mateu Lahoz diera el pitido inicial seguía dándole vueltas a una frase que parece afianzarse cada temporada, cada derby; no es otra que la que señala que para el Madrid éste es un partido más de Liga, pero para el Atleti es el partido del año (y más para sus aficionados). He estado toda la semana pronunciando estas palabras y me agradó escuchar a Mourinho en la rueda de prensa decir: “yo no estoy para ganar derbis, yo gano campeonatos”. Esto deja claro la filosofía del mister y del Club.
Del coliseo blanco no ha salido nadie con la victoria aún, da la sensación siempre que los futbolistas de Mou crean peligro, que algo va a pasar, habitualmente para bien. Por el contrario, en el Atlético se pasa de que en una jornada se cante contra el Presidente y los jugadores a que se grite el “te quiero Atleti”, es el sentimiento atlético, tan loco a veces como su equipo.
Once de gala el de los madridistas y de medio campo hacia delante, los pilares del rojiblancos, porque en defensa faltaba Perea (no sé sabe si para bien o para mal), pero tenían a De Gea. De nuevo, hermano mayor contra el pequeño.
Me enrollo más en la previa que en el propio partido porque los derbis no tienen más historia que la que quieran darle los jugadores que visten de blanco. Puede sonar a prepotencia, a lo mejor lo es, pero es lo que se muestra. Si marcan en el primer minuto, se acabó; si marcan en el 12, se acabó. Lo dicho, cuando quieran.
Porque no necesita más, si quiere, como esta noche, golea. Del Atléico, el mejor el portero, porque de Forlán (Balón de Oro decían), Kun y Simao se supo que jugaban porque estaban en la foto del once inicial; sólo se salvó Reyes. Del Madrid tampoco destacaron muchos, tampoco les hizo falta.
Gol de Carvalho, que temporada se está marcando el portugués y 1-0. Minutos después, Özil hizo el 2-0 de falta rasa. Luego los visitantes pidieron penalty por mano de Xabi Alonso, los locales uno también en la primera parte. Un palo para cada uno y a pensar en el siguiente partido.
18 partidos sin ganar al Real Madrid, me viene una frase a la cabeza, puede volver la prepotencia pero: para el Madrid jugar contra el Atleti es hacerlo como contra cualquiera de los dieciocho rivales restantes, es un partido más, y casi siempre, una victoria más.
A pesar de lo visto, escucharemos aquello de que ganaron por el árbitro.
P.D.: Yo te eché de menos, Raúl.
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